viernes, 17 de mayo de 2013

Tokio, un buen final

Antes de llegar a la masificada y concurrida ciudad de Tokio hicimos un paréntesis de un día para ir al monte Koya (Koya-san).



Koyasan


El monte Koya es el centro del budismo Shinghon, introducido en Japón en el año 805 por Kobo Daishi, una persona de las más importantes dentro de la religión japonesa. Todo el pueblo se encuentra lleno de templos, y a destacar hay uno de los cementerios más importantes y bonitos de Japón.

Llegar hasta aquí es un tanto complicado y caro, desde Kyoto hay que ir a la estación de Osaka, y de aquí hasta Shinimamiya. Hasta aquí es fácil y rápido y entra con el Rail Pass, pero a desde aquí ya no sirve. Hay que cambiar otra vez de tren en Shinimamiya e ir hasta Gokurakubashi (1200yens por persona). Y desde aquí coger un funicular hasta Koyasan station.
En resumen:


Osaka - tren JR - Shinimamiya- tren Nankai Gokurakubashi - funicularKoyasan

En la estación de Shinimamiya venden un pase de ida y vuelta a Kayosan que incluye tren, funicular y los autobuses del pueblo validos durante 2 días por 2760 yens, en definitiva sale más a cuenta que si se compra por separado y lo aprovechamos.
Des de Kioto tardamos alrededor de 5 horas.



Al llegar como siempre fuimos directos a dejar las mochilas en nuestro, hotel, esta vez no seria ni un hotel ni un hostel convencional, fue un templo. En Kayosan lo más normal es dormir en un templo, que viene a ser una casa típica transformada en guest house dónde opcionalmente puedes realizar meditación a las 6 de la mañana con los monjes que viven allí. En nuestro caso omitimos esa opción... las ganas de dormir pueden con nosotros.
Reservamos en el Ecoin temple, incluye media pensión (comida típica de monjes vegetarianos) por 22000 yens (170euros), algo caro, pero mucha gente nos había recomendado hacerlo.




El primer día por mala suerte estuvo lloviendo bastante y no pudimos visitar mucha cosa y además hizo mucho frío. Pero conseguimos estar por la zona del Garan temple que se constituye por el Kondo (donde se hacen las grandes celebraciones), Daito (una pagoda bastante grande), Saito (la torre oeste), entre otros templos y pagodas.



A las 5.30 ya estábamos de vuelta en nuestro templo de dormir, los monjes nos habían avisado que a esa hora se servía la cena (merienda para nosotros), que consistía en arroz, un poco de tempura con verduras, sopa y otras cosas que no sabemos que eran.

Después del gran festín vegetariano como aún nos quedaba día por delante y había dejado de llover fuimos a pasear por el pueblo, pero ya no había nada abierto, era como si estuviéramos a las 3 de la mañana dando vueltas cuando en realidad eran las 6 y poco de la tarde.




De vuelta otra vez al templo de dormir Mario quiso introducirse en la cultura japonesa y bañarse en un típico baño japonés que teníamos allí mismo, le gusto bastante, es algo más relajado y social de lo que parece.

Del desayuno del templo mejor no hablar... ya se sabe "a gustos colores", suerte que tenia preparada mis provisiones de desayuno!! Para ser sinceros y directos, un desayuno "shojin ryori", que asi se llama la comida de los monjes, es una mierda!!

A las 8 ya estábamos listos para visitar el cementerio que se encontraba a pocos metros de dónde estábamos y el tiempo era inmejorable, hacia hasta calor y sol.
Este es un cementerio inmenso, dónde a diferencia de los cementerios que estamos acostumbrados a ver este es especialmente bonito, las tumbas se encuentran bordeando un camino que atraviesa un espeso bosque a lo largo de 2 quilómetros, hasta la tumba del fundador del Budismo Shingon, Kobo Dashi.





Es un bonito y curioso paseo, todas las tumbas están muy cuidadas y otras aunque parezca que hace muchos años que están allí se ven bien nuevas.

Por lo visto mucha gente de Japón encuentra un honor ser enterrado aquí.



En mi opinión merece la pena pasar un día en Koyasan, aun y ser caro llegar hasta aquí, y poder visitar el cementerio. Es algo "muy japonés".




No hubo mucho más tiempo para estar por el pueblo y antes de las 11 teníamos que coger el bus para llegar a la estación de Koyasan y realizar todo el camino inverso hasta Osaka, y en Osaka coger un Shinkansen (tren bala) de 3 horas hasta Tokio, nuestro último destino.


Tokio

Sobre las 4 llegamos a nuestro ultimo hotel en Japón, el Hotel Horidome Villa, volvemos al estilo de minihabitación de 12m cuadrados, pero relación calidad-precio fue lo mejor que encontramos, y bien comunicado con varios metros. Pagamos 27000 yens por 4 noches.

Shinjuku

Nuestra primera noche queríamos ver algo que nos llamara la atención y fuimos al barrio de Shinjuku. Solo salir de la estación nos quedamos parados al ver todo el movimiento de gente que había allí y los enormes edificios con paneles luminosos.



Cerca de esta zona hay unas calles muy muy pequeñas con unos 300 bares (dicen), bares de tamaño mini, donde como mucho caben 7 personas. En muchos de ellos te cobran por entrar unos 300 o 500 yens, supongo que por tener esta exclusividad ya que tienes casi todo el bar para ti solo. Quisimos probar uno de ellos que no cobrarán por entrar, pero creo que no acertamos demasiado, al marcharnos de esa zona vimos muchos más que parecían más interesantes.



Antes de volver al hotel paramos a cenar en un restaurante donde en la mesa hay una plancha incorporada. Se basa en pedir por ejemplo una especie de tortilla con verduras y carne, ellos te lo sirven todo sin hacer y tu te bates el huevo y los demás elementos en un bol y lo tiras en la plancha.

Sumo, Asakuasa y Shibuya



¡El segundo día se centro en ir a ver Sumo! Nos enteramos por casualidad que hacia apenas un día que había empezado el torneo de sumo, el cual solo se celebra en Tokio durante los meses de Enero, Mayo y Setiembre.

Estuvo muy bien, lo recomendamos a cualquiera que quiera visitar Japón. Los combates apenas duran 5 minutos pero en cada uno de ellos se tiene que hacer una especie de ritual antes de empezar a pelear. La gente se anima muchísimo y anima a sus luchadores.





Pagamos 2100 yens cada uno por la entrada general, en la ultima fila del estadio del segundo piso, no se veía mal pero como vimos que las filas de más abajo (hacia la 10 en el mismo piso) sobraba bastante espacio no quisimos que se desaprovecharan.




Nosotros creíamos que el sumo era solo de luchadores japoneses, pero por lo que vimos y lo que nos han ido contando casi hay mas luchadores de otras nacionalidades que japonesas. Nos encontramos algún luchador a la hora de entrar al estadio, ¡son enormes e imponen mucho!

La entrada te permite entrar 2 veces al estadio y como estábamos cerca del barrio de Asakusa aprovechamos para visitarlo hasta las 3.45pm, la hora en que empezaba el gran torneo.




Nos pareció un barrio muy interesante, para empezar fuimos por las calles de Asakusa dónde hay un montón de tiendas de cosas para la casa o para los negocios de servicios, había cosas que no habíamos visto nunca y parecían super útiles y de otras muy tradicionales.




Llegamos al Sensō-ji, una zona más turística por el templo y la pagoda que lo forman. Como siempre lleno de gente y de grupos escolares, aunque sea lunes en estas zonas siempre parece un día de vacaciones.




De aquí volvimos al estadio para ver el torneo y cuando terminó a las 6 fuimos hacia el barrio de Shibuya, leímos que en la calle Takeshita Dori era un sitio para ver gente vestida como muñecas.. pero no vimos ninguna diferencia... tal vez fuera porque no era fin de semana. Pero de vida no le faltaba nada, gente por todos los lados.

Estuvimos en el famoso cruce de Shibuya, dónde dicen que cruzan de media un millón de persona por día... podría ser. Allí en medio te sientes como una hormiguita en un inmenso hormiguero.




Para acabar fuimos a cenar a un sushi giratorio, pero no era uno normal, el pedido se hacia vía ordenador y te llegaba solo a través de unas cintas, era como estar en el futuro.



Bien bien no se acabo aquí la noche, pasamos por delante de un arcade y nos entró el gusanillo de probar un par de juegos, elegimos los mas tontos, los que se podía intuir como jugar sin instrucciones, uno de seguir el ritmo de la música en unos tambores y otro de bailar. Fue muy divertido, aunque con mi habilidad para los juegos perdí en todas las partidas ejejej.




Electronic town y Shinsuku

El día siguiente queríamos ir a visitar el pueblo de Nikko, pero teníamos que comprar un billete combinado y la oficina "Tobu line" abría tarde (en el complejo del Skytree), así que no había suficiente tiempo de ir allá. Tan solo nos acercamos al SkyTree (unos de los edificios más altos del mundo que acaba de cumplir un año) para comprar el billete World Heritage de Nikko, incluye billete de tren desde Asakusa de ida y vuelta, 6 entradas para monumentos y bus dentro del pueblo, por 3300 yens (25 euros) cada uno.



Desde allí cogimos el metro y nos fuimos hasta la estación de Akihabara, en esa zona se encuentra "Electronic Town", un barrio repleto de edificios con muchas tiendas de cosas frikis que nos encanta chafardear. Sobre todo de electrónica y informática, también mucha cosa de anime, muñequitos y retro.





En la calle habían muchas chicas vestidas como de época o tipo muñeca, tratan de persuadir a la gente para que suban al piso dónde se encuentra el bar dónde trabajan dónde todas las camareras van vestidas igual. Vimos algunas en acción pero no sabemos si consiguieron su propósito...




Por la noche decidimos otra vez al barrio de Shinsuku, donde estuvimos la primera noche, pero al salir de la estación nos equivocamos de salida y no sabíamos como cruzar la estación. Aunque parezca mentira es muy fácil perderse, hay muchas indicaciones pero a veces un poco liosas.


Pero ya nos fue bien equivocarnos de salida, acabamos en una calles muy estrechas que estan paralelas a la estación repletas de restaurantes de yakitoris buenísimos. Cenamos en uno que hacían unos yakitoris de galta de cerdo riquísimas, y además habían un par de japoneses muy curiosos con los que estuvimos hablando.. o intentándolo... suerte de las nuevas tecnologías como los móviles que traducen al instante lo que quieres decir.




Nikko y de cumpleaños

Este fue nuestro penúltimo día de Japón y nos pasamos casi todo día en Nikko.




Nikko fue el centro del budismo Shinto muchos años atrás, cosa que hace que este llena de templos. Nos pensábamos que íbamos a ver más templos como los anteriores, pero no fue así, estos nos gustaron muchos más. Todos los templos de la zona están adornados con dragones y tienen muchos detalles muy chulos.

Sobretodo lo más bonito es que se encuentran en medio del bosque, y los arboles gigantescos que los rodean les dan un toque más místico.



Si haveis visto alguna vez la imagen de 3 monos, uno que se tapa la boca con las manos, otro que se tapa las orejas y otro que se tapa los ojos, provienen de una historia de unas 10 imagenes de lo que seria la vida desde el nacer hasta morir.  Esta en concreto se refiere a no oir al diablo, no verlo y no hablarle.






Entre dónde empieza la zona de los templos y el pueblo se encuentra el punte mas famoso de Japón. Un puente rojo que con las montañas de fondo hace del paisaje una bonita postal.





Tardamos dos horas y media en llegar en tren hasta Nikko, un poco pesadas, y estuvimos andando como unas 4 horas. Pero la recompensa al esfuerzo fue ir a comer a un restaurante bastante pequeño, Hippari Dako, dónde sirven un ramen y yakitoris muy ricos, además de estar adornado con cientos de tarjetas que la gente deja al pasar por allí.



Por la noche fuímos a celebrar mi cumpleaños! ¡29 añitos!

Repetimos en el barrio de Shibuya y cenamos en el Gonpachi en el piso 14, también era nuestra cena de despedida de Japón y del viaje. La comida riquísima y las vistas muy buenas.. pero nosotros somos más de ir a restaurantes pequeños y poder hablar con la gente que hay cerca nuestro.
Aquí casi no dejan entrar a Mario por ir vestido con chanclas y pantalones cortos ejejej.




Y para acabar la noche que mejor que hacer algo muy japonés... ¡ir a un karaoke!

Cerca de dónde cenamos esta el Karaokenkan, uno de los pocos karaokes con letras en inglés, y hasta encontramos alguna canción en castellano de Gipsy Kings. Fue muy divertido, si tenéis la oportunidad de visitar Tokio os lo recomendamos.




Último día y fin del viaje

Como todos nuestros últimos días en los demás países no lo hemos aprovechado casi nada, y ya nos va bien.
Hemos ido a visitar el mercado de pescado, un lugar dónde dicen que ir a las 4.30 de la mañana a ver las subastas de los atunes es muy recomendable y espectacular, vete a saber a esas horas, la gente esta loca!!. pero nosotros no somos de levantarnos temprano, así que hemos llegado a eso de las 11 tan solo para ver el mercado y poco cosa quedaba... ya casi estaban cerrando todo.




Hemos vuelto al barrio de Asakusa a comprar 4 souvenir y dar una vuelta más y ya estamos esperando la hora para coger el metro e ir hasta el aeropuerto de Narita, dónde ponemos punto y final a este viaje.



Japón ha sido un país super curioso e interesante. Es otra cultura muy diferente al resto de países asiáticos, nos lo hemos pasado muy bien y también nos hemos cansado más que nunca.
La gente como ya hemos dicho son muy educados y respetuosos, todas las calles están limpias y ordenadas.
No sabemos si lo repetiríamos, tal vez antes volveríamos ha repetir algún país del sudeste asiático, pero porque nos gusta más la playa y el mar. De todas formas recomendamos mucho Japón. Nos ha encantado como mezclan lo tradicional con lo moderno.




Ahora ya nos encontramos de camino a casa... después de más de 19 meses fuera ya es momento de estar por Barcelona... ya os contaremos en breve como nos fue la vuelta :)


Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario